Un caso que sacudió al mundo en 2018, donde la historia de los hermanos Turpin y sus padres, David y Louise, puso en el tapete la vulnerabilidad de los niños en el sistema de cuidado temporal.
Tras la condena de los padres Turpin, cinco de los hermanos fueron colocados en un nuevo hogar, bajo el cuidado de Marcelino, Rosa y Lennys Olguin. Sin embargo, el ciclo de abuso pareció repetirse, dando paso a un nuevo capítulo de dolor y horror.
A principios de 2021, las autoridades recibieron inquietantes denuncias sobre el trato que recibían los niños en la familia Olguin. La investigación reveló que, bajo la máscara de un hogar protector, se escondía una realidad escalofriante.
Marcelino Olguin, padre adoptivo, fue condenado a siete años de prisión por tres cargos relacionados con conductas inapropiadas hacia un menor de 14 años, así como un cargo de poner en riesgo a un niño y otro de encarcelamiento indebido.
Su esposa, Rosa, y su hija Lennys, también fueron halladas culpables por cargos similares y recibieron sentencias de cuatro años de libertad condicional.
Se descubrió que un total de nueve niños fueron víctimas de maltrato, incluyendo cinco hermanos Turpin. La investigación reveló que los Olguin estaban al tanto de los antecedentes de los niños y, a pesar de ello, los sometieron a prácticas de control y abuso, como “charlas de confesión”, en las que se les obligaba a confesar sus “pecados” para mantenerlos sometidos.
Los investigadores encontraron pruebas contundentes de que los niños eran confinados en sus habitaciones con dispositivos en las puertas para controlar sus movimientos.
Este nuevo caso deja al descubierto la fragilidad del sistema de cuidado temporal, donde la seguridad de los niños, especialmente aquellos con historias de abuso, puede verse comprometida. La investigación y condena de los Olguin sirve como un llamado de atención para garantizar que los menores bajo cuidado estatal reciban la protección y el apoyo que necesitan.
El fiscal del distrito del condado de Riverside, Mike Hestrin, enfatizó que los niños fueron víctimas de quienes se suponía que debían cuidarlos. La oficina del fiscal se compromete a llevar ante la justicia a todos los que dañen a niños inocentes.