Un incidente en el Colegio Municipal Don Pedro I, en la tarde del viernes, dejó a la comunidad conmocionada y consternada. El escenario: un salón de clases. Los protagonistas: un alumno de tan solo 14 años y tres compañeros, dos jovencitas y un adolescente, todos entre los 14 y 15 años.
Las autoridades locales confirmaron que el joven ingresó a la escuela con un revólver calibre 38 y, en un acto de violencia inexplicable, abrió fuego contra sus compañeros. El ataque fue brutal y rápido, dejando a las víctimas sin oportunidad de defensa. El agresor, tras perpetrar el acto, se quitó la vida en el mismo salón de clases.
El gobernador de Bahía, Jerónimo Rodrigues, lamentó profundamente el suceso y ofreció todo el apoyo necesario a las autoridades y a las familias de las víctimas. “Mis sentimientos a todos los familiares y colegas de los estudiantes”, expresó en un mensaje publicado en redes sociales.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha sido un crítico de las políticas que facilitaron la posesión de armas durante el gobierno de su predecesor, Jair Bolsonaro, se pronunció sobre la tragedia. “No podemos considerar normal que los jóvenes tengan acceso a las armas”, dijo Lula, haciendo referencia a un tiroteo en una escuela de São Paulo que dejó una estudiante muerta y otros tres heridos en octubre del año pasado.
El aumento de la violencia escolar en Brasil, con al menos nueve ataques armados en escuelas en el último año, ha llevado al gobierno a presentar un proyecto de ley que convierte los ataques en las escuelas en "crimen hediondo" y eleva las penas de prisión para los agresores.
La búsqueda de respuestas sobre las causas del incidente y la lucha contra la violencia en las escuelas se intensifican en Brasil, mientras que las familias de las víctimas enfrentan un dolor irreparable.