La historia de Gabby comenzó con la angustia de un perro perdido. Un descuido por parte de los jardineros dejó una puerta abierta, y Whiskey desapareció sin dejar rastro. La búsqueda desesperada por su mascota la llevó a compartir volantes en su vecindario, y poco después, recibió un mensaje de texto de un desconocido que aseguraba haber encontrado a Whiskey. La foto que acompañaba el mensaje era similar a la de su perro, y la emoción de la posibilidad de reencontrarse con él nubló el juicio de Gabby.
Sin dudar mucho, Gabby se dirigió al lugar que le indicó el supuesto "encontrador", una tienda Dollar Tree cercana. Sin embargo, el encuentro se tornó sospechoso cuando el individuo le exigió $200 por devolverle a Whiskey. La petición inicial fue de $100 a través de Zelle, con la promesa de entregar al perro después. Gabby, ansiosa por recuperar a su mascota, cedió y realizó el pago.
A medida que la conversación avanzaba, el "encontrador" envió más fotos de un perro que supuestamente era Whiskey, pero también siguió pidiendo más dinero. La incomodidad de Gabby se intensificó cuando le pidieron que comprara una tarjeta de regalo de $200 en la tienda. En ese momento, la realidad de la situación se hizo evidente, y Gabby se dio cuenta de que probablemente no recuperaría a Whiskey ese día.
A pesar de la decepción y la frustración, Gabby no se rindió. Decidió colgar un calcetín y una camisa en su cerca, con la esperanza de que el olor familiar guiara a Whiskey de regreso a casa. "Es simplemente triste, realmente me gustaría recuperarla", expresó, reflejando la profunda conexión que sentía con su mascota.
Gabby tomó medidas para resolver la situación, contactando a su banco para investigar los pagos realizados y trabajando en la presentación de una denuncia ante la policía.
Asegura que Whiskey tiene un microchip, lo que facilitará su identificación si alguien lo lleva a una organización protectora de animales o a una clínica veterinaria.