La votación, que tuvo lugar el martes en Estrasburgo, generó divisiones inesperadas dentro del grupo, conocido por su postura crítica hacia la asistencia a Ucrania.
Mientras algunos miembros del PfE, como los más de 20 que votaron a favor del préstamo, encontraron en la iniciativa una oportunidad para apoyar a Ucrania, otros, como el presidente del grupo, Jordan Bardella, decidieron abstenerse. Solo siete de los 86 miembros del PfE votaron en contra.
La decisión de otorgar el préstamo, utilizando como garantía los activos congelados del Banco Central de Rusia, fue recibida con entusiasmo por la mayoría del Parlamento Europeo. La votación resultó en 518 votos a favor, 56 en contra y 61 abstenciones.
El apoyo a la iniciativa se extendió incluso a algunos grupos políticos tradicionalmente contrarios a la asistencia a Ucrania. El grupo Europeos Conservadores y Reformistas (ECR), dominado por el partido Hermanos de Italia de Giorgia Meloni y Ley y Justicia de Polonia, respaldó la iniciativa, al igual que la mayoría de los miembros de los grupos centristas.
Sin embargo, el grupo Europa de Naciones Soberanas (ESN), considerado el más radical de la derecha, mantuvo su oposición al préstamo, votando en bloque en contra de la propuesta.
La aprobación del préstamo por parte del Parlamento Europeo allana el camino para su rápida implementación. La Comisión Europea podrá obtener los fondos necesarios en el mercado y comenzar a desembolsarlos a Ucrania a principios de 2025.
No obstante, el plan aún enfrenta desafíos. El préstamo de €35 mil millones es parte de una iniciativa más amplia del G7 para otorgar a Ucrania un préstamo de €45 mil millones. Para garantizar la estabilidad del plan, Estados Unidos presiona por una renovación de las sanciones contra Rusia por un período más largo, mientras que Hungría se opone a cualquier cambio en el régimen de sanciones.
La posición de Hungría podría reducir la contribución de la UE al préstamo, lo que obligaría a Estados Unidos a asumir una mayor parte de la responsabilidad.
El destino del préstamo y el futuro de las sanciones contra Rusia dependerán de las negociaciones entre los estados miembros de la UE y Estados Unidos.