En medio de este torbellino político, la ex primera dama Michelle Obama se pronunció sobre la situación con un discurso que ha generado gran revuelo. Durante un evento de campaña en Michigan, Obama expresó su preocupación por el "comportamiento errático, evidente deterioro mental" y la "historia como delincuente convicto" de Trump. Sus palabras, cargadas de una crítica mordaz, no pasaron desapercibidas.
El expresidente Trump, conocido por sus reacciones impulsivas y su retórica incendiary, no tardó en responder. En un mitin en Atlanta, Georgia, Trump arremetió contra Obama, llamándola "asquerosa" y acusándola de cometer un "grave error" al criticarlo.
"Siempre he tratado de ser amable y respetuoso", aseguró Trump ante sus seguidores, sin embargo, agregó que Obama "no debería haber hecho eso". Las palabras de Trump, que reflejan su característico tono de ataque, no hicieron más que avivar la polémica en torno a la campaña presidencial.
La polarización política en Estados Unidos parece no tener límites, y esta nueva controversia solo ha contribuido a intensificar la tensión entre los dos candidatos. En el centro del debate se encuentra la figura de Trump, cuya personalidad y acciones continúan dividiendo al país.