Según fuentes de seguridad occidentales, los artefactos fueron encontrados en dos centros logísticos de DHL, uno en Leipzig, Alemania, y otro en Birmingham, Inglaterra. Las explosiones, que no causaron heridos, desencadenaron una investigación a nivel multinacional para encontrar a los responsables.
La información sobre la posible operación rusa fue revelada por el periódico estadounidense The Wall Street Journal, citando a varios funcionarios de seguridad. Se cree que Moscú, en su intento de sabotear a Estados Unidos y sus aliados, planeó utilizar estos artefactos para iniciar incendios a bordo de aviones en pleno vuelo.
La investigación se centra en la posibilidad de que espías rusos hayan colocado los artefactos en los aviones. Los investigadores también están examinando la posibilidad de que los dispositivos podrían haber derribado los aviones si hubieran sido incendiados durante el vuelo.
La Policía antiterrorista británica está investigando si un paquete, que se incendió en un almacén de Birmingham en julio, fue colocado en un avión con destino al Reino Unido. Los investigadores están estudiando posibles vínculos entre los incidentes de Birmingham y Leipzig.
El periódico británico The Guardian fue el primero en informar sobre el incidente, mencionando la posibilidad de que el paquete hubiera llegado al almacén de DHL por vía aérea. Sin embargo, no se reveló el destino del paquete.