Harris ha sido moderada al hablar de la relación con México, pero ha enfatizado la lucha contra el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, como una prioridad. Su enfoque se centra en la persecución legal de los líderes de los cárteles, una postura que coincide con su experiencia como exfiscal. En contraste, Trump ha llegado a sugerir incluso acciones militares en México.
En materia de migración, Trump ha vinculado el tema con el narcotráfico y el comercio, amenazando con imponer impuestos a productos mexicanos si México no detiene el flujo de migrantes y drogas. Harris, por su parte, ha abogado por la seguridad fronteriza, impulsando la vigilancia contra el cruce de migrantes y el tráfico de drogas, pero sin una postura clara sobre la reforma migratoria, que podría beneficiar a millones de personas con un camino a la ciudadanía.
La lucha contra el crimen organizado es otro punto crítico. Algunos expertos consideran que no habría una gran diferencia para México si gana Harris o Trump, ya que la política exterior estadounidense tiende a privilegiar los intereses de su país. Sin embargo, el discurso incendiario de Trump, como su amenaza de enviar militares a México, ha generado preocupación.
En el ámbito económico, ambos candidatos han señalado que respetarán la renegociación del tratado comercial (T-MEC/USMCA) con México en 2026. Harris podría continuar con la política económica de la actual administración de Joe Biden, promoviendo el "nearshoring" e inversiones bajo leyes como la de Reducción de la Inflación. Trump, por otro lado, se ha enfocado en el mensaje hacia su base de votantes, asegurando que el T-MEC ha “robado” empleos a los estadounidenses y priorizando los productos estadounidenses.
Las elecciones de Estados Unidos son cruciales para México. La relación bilateral dependerá en gran medida del ganador, y con ella, el futuro de la economía, la migración y la seguridad en nuestro país.