Las calles de Dallas se convirtieron en ríos efímeros el lunes por la tarde, tras una serie de tormentas que azotaron el norte de Texas. El agua subió rápidamente, inundando carreteras y obligando a muchos automovilistas a lidiar con las consecuencias de la lluvia.
"Estaba rezando para no quedarme atrapado", comentó Dawilliam Davis, un conductor que afortunadamente logró sortear los peligros del camino.
El Departamento de Bomberos y Rescate de Dallas recibió múltiples llamadas de inundaciones con vehículos varados, los cuales intentaban atravesar las aguas crecidas. "Tuve que poner los limpiaparabrisas a toda velocidad y, aun así, el agua seguía cayendo. Es una locura", relató Emily Smith, quien se encontró con una inundación en la I-35 durante su viaje desde Burleson a Dallas.
Las tormentas dejaron varios centímetros de lluvia, una imagen bienvenida para algunos, pero un recordatorio del impredecible clima texano, incluso en noviembre. "Fue agradable tener un poco de lluvia", dijo Ladia Cruz, residente de Dallas, "Supongo que es algo típico de Texas. Nunca se sabe lo que puede pasar".
A pesar del susto, las fuertes lluvias y tormentas eléctricas continuaron avanzando hacia el noreste, con la amenaza de inundaciones localizadas. Aunque no se esperan condiciones meteorológicas severas, se mantiene la vigilancia en algunas partes del este de Texas hasta la medianoche.