Las autoridades actuaron con rapidez, pues el descubrimiento de ciertos objetos en posesión del sujeto despertó una inmediata preocupación.
Se trataba de una antorcha y una pistola de bengalas, elementos que, aunque no sean armas de fuego tradicionales, sí representan un peligro potencial en un lugar tan emblemático y sensible como el Capitolio. El individuo fue arrestado por "oler a combustible", lo que intensificó las sospechas sobre sus intenciones. Este incidente, que ocurrió en medio del clima político convulso previo a las elecciones presidenciales, ha generado una intensa investigación.
Las autoridades del Capitolio, con el objetivo de garantizar la seguridad de todos, decidieron cerrar temporalmente el acceso a las visitas públicas. La situación, aunque no ha afectado el desarrollo general de las elecciones, ha puesto de manifiesto la necesidad de extremar las medidas de seguridad en edificios gubernamentales.