La noche del lunes en Chatham, Chicago, se tiñó de tragedia. Una parada de tráfico rutinaria se convirtió en un tiroteo que apagó la vida de un joven oficial de policía. La tragedia se desató en la cuadra 8000 de South Ingleside Avenue, cuando la policía detuvo un vehículo con tres ocupantes.
Enrique Martínez, un oficial de 26 años con apenas un mes para cumplir tres años en el servicio, fue el héroe que pagó con su vida por proteger a la ciudad. El tiroteo, descrito por las autoridades como "fuego rápido", dejó a Martínez con múltiples heridas de bala. A pesar de los esfuerzos por salvarlo, el joven oficial fue declarado muerto en el Centro Médico de la Universidad de Chicago, solo minutos después del incidente.
El impacto del evento se sintió con fuerza en la comunidad. La Orden Fraternal de la Policía, en un emotivo mensaje en Facebook, calificó a Martínez como un “héroe” que "trabajaba para hacer esta ciudad más segura". "Era una persona orgullosa, muy trabajadora y dio su vida por esta ciudad", dijo el superintendente de la policía de Chicago, Larry Snelling, a las afueras del centro médico.
La investigación reveló que, durante la detención, uno de los ocupantes del vehículo abrió fuego contra Martínez. En el tiroteo, el atacante también resultó muerto. La policía, tras una persecución a pie, detuvo al segundo ocupante del vehículo, mientras que el tercer ocupante, ubicado en el asiento trasero, también fue detenido.
Los investigadores encontraron dos armas de fuego en la escena. Se continúa investigando si el tiroteo se produjo en legítima defensa.
La ciudad de Chicago se encuentra de luto por la pérdida de un joven que dedicó su vida al servicio de la comunidad. El alcalde Brandon Johnson, en un mensaje de condolencias, reconoció el valor y la valentía de Martínez, quien "protegió valientemente a esta ciudad".