El caso, que estuvo marcado por la lujosa vida que llevaban los hermanos tras la muerte de sus padres, ha vuelto a encender el debate sobre la herencia que les dejó la fortuna familiar.
¿Qué pasó con la fortuna de los Menéndez?
La familia Menéndez era un símbolo de éxito en Beverly Hills. Su fortuna se basaba en un vasto imperio de negocios, entre los que destacaba la compañía Live Entertainment, de la que José Menéndez era director ejecutivo. La mansión en la que vivían, tasada en 4,8 millones de dólares, solo era una muestra de la riqueza que los hermanos heredaron. Sin embargo, ese capital no solo les trajo opulencia, sino también un sinfín de problemas.
Tras el asesinato de sus padres, Lyle y Erik se volcaron en una vida de excesos. Gastaron millones de dólares en viajes, autos de lujo y experiencias extravagantes. La cantidad total de la herencia, que rondaba los 14,5 millones de dólares, se redujo drásticamente en los primeros cinco años después del crimen.
La sombra de la devaluación y las deudas
Pero el dinero no solo desapareció por el despilfarro. La devaluación de algunos bienes, como la mansión de Beverly Hills que perdió valor al convertirse en la escena del crimen, también tuvo un impacto negativo en la herencia. La empresa Live Entertainment también sufrió una depreciación de sus acciones, lo que agravó la situación financiera de los hermanos.
Además del gasto excesivo y la devaluación de los bienes, la fortuna de los Menéndez se vio mermada por las deudas fiscales y los honorarios de sus abogados. Al final, la herencia que les quedó fue solo una sombra de lo que habían recibido.
Un futuro incierto
En la actualidad, Lyle y Erik Menéndez se encuentran en prisión, cumpliendo cadena perpetua por el homicidio de sus padres. A pesar de que se han presentado nuevas pruebas que apuntan a un posible abuso sexual por parte de su padre, las posibilidades de que obtengan la libertad condicional aún son inciertas.
La ley y la herencia
Independientemente de que los hermanos Menéndez salgan de prisión, es poco probable que puedan volver a acceder al dinero que les ha quedado de la herencia. El Código Penal de California establece que los perpetradores de un asesinato no pueden beneficiarse del patrimonio de la víctima.
La historia de los hermanos Menéndez es un claro ejemplo de cómo la fortuna puede corromper y cómo la ambición puede llevar a la tragedia. Una historia de excesos, deudas y la sombra de un crimen que ha marcado para siempre a una familia y al mundo entero.