Aunque ha sido un ferviente defensor de Trump, la victoria del magnate republicano plantea interrogantes para el futuro de sus empresas, especialmente Tesla. Musk ha invertido una considerable suma en la campaña de Trump, lo que, si bien ha sido recompensado en el corto plazo, podría tener consecuencias a largo plazo.
El apoyo de Trump a los vehículos eléctricos ha sido bastante ambiguo, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro del apoyo gubernamental para la industria. Mientras que algunos expertos creen que la victoria de Trump podría beneficiar a Tesla por la eliminación del crédito fiscal que impulsa a la competencia, otros señalan que una posible guerra comercial con China podría tener un impacto negativo significativo en la empresa, dado que China es uno de los principales mercados de Tesla.
Sin embargo, Musk ya ha afirmado que no le preocupa el fin del crédito fiscal, pues considera que Tesla tiene un gran potencial para prosperar en un mercado más competitivo.
La atención de Musk se ha centrado en la industria automotriz, pero sus otras empresas, como SpaceX y X, también se ven afectadas por la victoria de Trump. SpaceX, la empresa espacial, ha tenido un buen desempeño, pero un posible cambio en las políticas gubernamentales podría generar incertidumbre. Mientras que X, la plataforma de redes sociales, ha sido fuertemente criticada por la proliferación de información errónea, la administración de Trump no ha tomado medidas contra la empresa.
Con la victoria de Trump, la atención se centra en cómo esta influencia afectará las empresas de Musk y, lo que es más importante, cómo se verá afectada la influencia de Musk en la política estadounidense. La historia aún está por escribirse, pero queda claro que las próximas acciones de Trump y las de Musk tendrán un gran impacto en el panorama político y empresarial.