La investigación, encabezada por la Dra. Dominique Thompson, encontró una "cultura generalizada de ostracismo social" que se "normalizó" en la Universidad de Oxford. Esta práctica, según el reporte, llevó a la exclusión de estudiantes acusados de mala conducta sin pruebas, dejando a Rogers marginado por sus compañeros.
La investigación no especificó la naturaleza de la acusación contra Rogers, pero sí señaló que la universidad no era consciente de esta cultura antes de la investigación. Sin embargo, tras la publicación del informe, la universidad aceptó las recomendaciones para combatir este tipo de comportamiento.
Un portavoz conjunto de la universidad y del Corpus Christi College, donde estudiaba Rogers, expresó sus más profundas condolencias a la familia y a la comunidad universitaria. La institución también indicó que ha implementado cambios para mitigar la posibilidad de que este tipo de tragedia se repita.
"La Universidad de Oxford y el Corpus Christi College expresan nuestras más profundas condolencias a la familia de Alexander y a todos en nuestra comunidad que han sido entristecidos por su trágica muerte", dijo el portavoz. "La universidad encargó una revisión de todos los aspectos del aprendizaje en este caso para minimizar la posibilidad de que tal muerte vuelva a ocurrir. Afirmamos que el bienestar de nuestros estudiantes sigue siendo nuestra absoluta prioridad y estamos comprometidos a mantener la seguridad de quienes forman parte de la comunidad universitaria".
La familia de Rogers también ha solicitado un reporte para la prevención de futuras muertes. El objetivo es que la cultura de la cancelación sea reconocida y se tomen medidas para evitar que se repitan tragedias como la de Alexander.