La capital ucraniana, Kyiv, ha estado bajo fuego constante, con la frecuencia de los ataques con drones aumentando exponencialmente. "Su objetivo es doblegarnos moralmente", afirma Vadym Naustinov, un residente de Kyiv, quien describe el miedo constante que vive la población ante la amenaza constante.
En respuesta, Ucrania ha intensificado sus operaciones militares, llevando a cabo incursiones en la región rusa de Kursk. Esta audaz maniobra ha provocado una respuesta aún más agresiva de Rusia, con el presidente Vladimir Putin recurriendo a fuerzas norcoreanas para fortalecer su ejército. Se espera que hasta 10.000 soldados norcoreanos entren en combate en los próximos días, lo que representa un nuevo capítulo en la guerra y una escalada preocupante.
Además del uso de drones, Rusia ha comenzado a emplear "drones señuelo" para confundir las defensas aéreas ucranianas. Estos drones sin cabeza nuclear, diseñados para imitar los Shahed-136 de fabricación iraní, están creando una situación cada vez más peligrosa para los ucranianos.
Las defensas aéreas ucranianas se ven obligadas a luchar contra una oleada constante de ataques, con un aumento drástico en el número de drones lanzados. Ucrania se enfrenta a una batalla cada vez más difícil, mientras se prepara para un posible retiro del apoyo estadounidense y un nuevo frente de batalla con la participación de Corea del Norte.