Sin embargo, la historia parece estar llegando a su fin. El bromance entre Trump y Musk no durará.
La noticia se desató tras la victoria electoral de Trump, cuando este, en medio de su discurso triunfal, dedicó palabras de elogio a Musk, exaltando su genialidad y comparándolo con una estrella en ascenso.
Sin embargo, las señales de una posible ruptura ya estaban ahí. Mientras Musk se posicionaba como asesor clave, incluso haciendo públicas sus recomendaciones para la gestión de la economía, Trump pareció ignorar sus propuestas. El mensaje era claro: "solo hay sitio para una estrella en la Casa Blanca", y la estrella es él.
Aquellos que han estado cerca del poder saben bien que las estrellas no se comparten. El propio Musk, en sus publicaciones en redes sociales, ha expresado su deseo de participar en la política, incluso con la creación de un comité de acción política. Pero la pregunta es: ¿tendrá realmente el control o será un simple peón en el juego de poder?
Históricamente, personajes como Andrew Carnegie, William Randolph Hearst y Joseph Kennedy, quienes también fueron figuras influyentes en sus épocas, se vieron relegados a un segundo plano tras apoyar a sus presidentes favoritos. No recibieron los puestos ni el reconocimiento que esperaban.
¿Repetirá la historia con Elon Musk? Solo el tiempo lo dirá.