La persecución inició poco después de las 9:00 p.m., cuando la División Newton del LAPD detectó un Mercedes plateado sospechoso, que se creía estaba relacionado con un robo de vehículos. Los oficiales, al sospechar que los ocupantes del vehículo eran miembros de una pandilla y estaban armados, iniciaron la persecución. El Mercedes, conducido por los presuntos pandilleros, aceleraba a través de las calles del sur de Los Ángeles, esquivando otros vehículos y provocando el pánico entre los conductores.
La persecución, que duró aproximadamente media hora, se extendió por varias avenidas y calles del área sur, con los agentes persiguiendo al Mercedes a toda velocidad. En un momento determinado, una patrulla del LAPD se vio involucrada en un accidente, terminando sobre una acera, cerca de dañar una boca de incendios, en 75th Street y Central Avenue. El impacto provocó que los dos oficiales que iban en la patrulla resultaran heridos, por lo que fueron trasladados de urgencia a un hospital local. Afortunadamente, las heridas fueron de menor gravedad y ambos oficiales fueron dados de alta horas más tarde.
Los tres sospechosos, sin embargo, no se detuvieron. Continuaron la huida en el Mercedes, a pesar de que las llantas y el motor parecían estar echando humo. Finalmente, se vieron acorralados en un callejón sin salida cerca de South Manhattan Place y 52nd Street, donde fueron detenidos por la policía.
Aunque las autoridades no han confirmado si los presuntos pandilleros estaban involucrados en un tiroteo, se sabe que el vehículo aceleraba a gran velocidad en las curvas, poniendo en riesgo la seguridad de los demás conductores. La persecución, que mantuvo en vilo a los habitantes del sur de Los Ángeles, es un recordatorio de la peligrosidad de los delitos relacionados con pandillas y la labor crucial de la policía para mantener la seguridad en la ciudad.