Clinton, quien admite haber sentido una cierta desorientación al regresar a la vida privada, ha transformado esa incertidumbre en una oportunidad para hacer el bien. “Tuve un buen tiempo haciéndolo”, comentó en una entrevista telefónica. Su enfoque ha permitido establecer un mercado para los fabricantes de tratamientos genéricos de VIH/SIDA, lo que ha resultado en una disminución significativa de los precios de los medicamentos, haciéndolos accesibles en países de todo el mundo.
La *Clinton Health Access Initiative* ha sido fundamental en este esfuerzo, proporcionando tratamientos a casi un millón de niños y salvando millones de vidas. Este es solo uno de los muchos logros que Clinton detalla en su libro, donde también narra su participación en las campañas presidenciales de su esposa, Hillary Clinton, y su papel en la liberación de dos periodistas de Corea del Norte en 2009.
Además, el ex presidente aborda las controversias que han marcado su vida pública, incluyendo sus encuentros con Jeffrey Epstein, de los cuales expresa su arrepentimiento, y las acusaciones sobre su falta de disculpas a Monica Lewinsky, a pesar de que él sostiene haberlo hecho en 1999.
El núcleo de *Citizen* se centra en el trabajo filantrópico de Clinton, las personas que ha conocido y cómo ha encontrado un sentido de utilidad y satisfacción en estos casi 24 años desde que concluyó su carrera política. Al reflexionar sobre su legado, Clinton, ahora de 78 años, se muestra reservado: “Dejaré eso a los historiadores para que lo evalúen”, dice, enfatizando que su objetivo ha sido siempre mejorar la vida de las personas.
Entre sus metas futuras, Clinton menciona la implementación de iniciativas climáticas efectivas y la promoción de la salud infantil. “Mi lista de tareas sigue siendo larga”, afirma, mostrando su compromiso continuo con el bienestar global.
En un mundo donde la política y la filantropía a menudo se entrelazan, Clinton destaca la importancia de la transparencia y la integridad en el manejo de recursos. “Cuando la gente confía en ti con dinero, no puedes garantizar el éxito, pero sí la integridad del proceso”, subraya, reafirmando su dedicación a las causas que apoya.
La historia de Clinton es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, siempre hay oportunidades para hacer una diferencia significativa en la vida de los demás. Su viaje continúa, y con él, la esperanza de un futuro más brillante para aquellos que más lo necesitan.