En un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad de Manhattan, tres personas perdieron la vida en ataques violentos que ocurrieron el lunes. Estos incidentes, que se desarrollaron en plena luz del día, han puesto de relieve preocupaciones sobre la seguridad pública y la salud mental en la ciudad.
Las autoridades han identificado al sospechoso como Ramón Rivera, un hombre de 51 años con un extenso historial criminal. Rivera ha sido acusado de tres cargos de asesinato en primer grado tras los apuñalamientos que dejaron a tres víctimas fatales. La primera víctima, un trabajador hispano de 36 años llamado Ángel Lata Landi, fue atacado en Chelsea mientras se encontraba en su lugar de trabajo. A las 8:22 a.m., fue apuñalado en el abdomen y posteriormente declarado muerto en un hospital.
Dos horas más tarde, un hombre de 67 años fue encontrado con múltiples heridas de arma blanca en East 30th Street, y también falleció en el hospital. La tercera víctima, Wilma Augustin, de 36 años, fue apuñalada cerca de 42nd Street y First Avenue. A pesar de ser trasladada en estado crítico, no logró sobrevivir a sus heridas.
Las imágenes de vigilancia han revelado momentos inquietantes, mostrando a Rivera preparándose para el ataque. En el video, se le ve colocando una mochila en la acera, vistiéndose con una sudadera y guantes, antes de llevar a cabo los apuñalamientos. La policía ha indicado que el sospechoso no utilizó transporte público ni vehículo para desplazarse entre los lugares de los ataques.
El alcalde Eric Adams ha expresado su preocupación por la salud mental del sospechoso, quien tiene un historial de problemas graves en este ámbito. Según el alcalde, el sistema de salud mental de la ciudad está fallando a quienes más lo necesitan. Rivera había sido liberado de la custodia del Departamento de Prisiones el 17 de octubre, tras cumplir tiempo por cargos de robo y agresión, y estaba bajo fianza en un caso de hurto mayor en el momento de los apuñalamientos.
Los registros indican que Rivera ha sido arrestado en múltiples ocasiones en Nueva York, así como en otros estados como Ohio y Florida. En total, ha enfrentado ocho arrestos en el último año, incluyendo varios delitos graves. A pesar de su historial delictivo, fue liberado bajo supervisión previa al juicio en un caso reciente en Nueva Jersey.
La situación ha generado un debate sobre la seguridad y la salud mental en la ciudad, dejando a muchos preguntándose cómo se pueden prevenir tragedias similares en el futuro.