Según el demógrafo senior de FWD.us, Phillip Connor, la eliminación de millones de inmigrantes podría desencadenar una crisis en sectores clave como la agricultura, la manufactura y la atención médica. “La deportación de millones de personas y las complicaciones para regularizar a los inmigrantes provocaría una pérdida masiva de empleos en sectores esenciales”, advirtió Connor, enfatizando la dependencia de estas industrias en la mano de obra inmigrante.
En el ámbito agrícola, la situación es particularmente crítica. Se estima que más del 70% de los trabajadores en este sector son inmigrantes, y un 20% de ellos se encuentra en situación irregular. Robert Lynch, profesor de economía del Washington College, subrayó que la expulsión de estos trabajadores podría resultar en una grave escasez de mano de obra. “Si eliminamos a los trabajadores no autorizados, se crearán enormes problemas en la agricultura, especialmente en la producción de alimentos”, alertó Lynch.
La pandemia de COVID-19 sirvió como un claro ejemplo de las consecuencias de una reducción en la fuerza laboral agrícola. Durante ese periodo, la producción de alimentos sufrió interrupciones significativas, lo que dificultó la recuperación del sistema agrícola. Lynch advirtió que, si se implementan deportaciones masivas, la situación podría agravarse, llevando a los agricultores a reducir su producción o incluso cerrar sus operaciones, lo que podría resultar en una escasez de alimentos y un aumento en los precios.
Por otro lado, Stuart Anderson, fundador de la National Foundation for American Policy, destacó la importancia de revisar las políticas migratorias de la primera administración de Trump para entender el posible impacto de las deportaciones. Durante su mandato anterior, se implementaron medidas que restringieron la inmigración, lo que podría repetirse en un nuevo periodo presidencial.
Además de las implicaciones económicas, las deportaciones masivas podrían afectar gravemente el sector de la salud. Muchos trabajadores inmigrantes, incluidos aquellos en situación irregular, son fundamentales en hospitales y clínicas. La pérdida de estos profesionales podría generar una crisis en el sistema de salud, especialmente en áreas rurales o con alta concentración de inmigrantes.
A medida que se acerca la fecha de inicio de las deportaciones, el debate sobre sus consecuencias se intensifica, y los expertos continúan advirtiendo sobre los desafíos que el país podría enfrentar si se lleva a cabo este plan. La atención se centra en cómo estas políticas impactarán no solo la economía, sino también la vida cotidiana de millones de personas en Estados Unidos.