En un giro inesperado de los acontecimientos, tres estudiantes de enfermería se convirtieron en protagonistas de una historia de valentía y rápida acción. Mientras regresaban a su clase después del almuerzo, se encontraron con un accidente que cambiaría sus vidas y la de un hombre gravemente herido. Este incidente, que tuvo lugar en Union, Missouri, no solo puso a prueba sus habilidades, sino que también reafirmó su vocación por la enfermería.
El accidente involucró a un camión con remolque y un automóvil, dejando al conductor, Shane Kurk, de 37 años, en una situación crítica. Según el testimonio de uno de los estudiantes, Toni Sells, “fue bastante malo. Era un camión contra un automóvil. Esa nunca es una buena situación”. La gravedad del choque fue tal que el corazón de Kurk se detuvo, lo que llevó a los estudiantes a actuar de inmediato.
Olivia Reed, la primera en llegar al vehículo, se dio cuenta de la urgencia de la situación. “Inmediatamente busqué el pulso, pero no lo sentí”, comentó. Con determinación, aplicó un procedimiento conocido como frotamiento del esternón y comenzó a realizar maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP). Después de un par de rondas de compresiones, su compañera Audrey Schroeder tomó el relevo y, para su alivio, logró detectar un pulso. “Parecía una eternidad, probablemente sólo 20 segundos, 30 segundos, y tomó una gran bocanada de aire”, recordó Schroeder.
Mientras tanto, Sells se ocupó del conductor del camión, quien se encontraba visiblemente alterado. “Traté de calmarlo un poco, simplemente de regular su respiración”, explicó. Su intervención no solo ayudó a estabilizar al conductor, sino que también demostró la importancia de mantener la calma en situaciones de crisis.
La llegada de los paramédicos marcó el final de su intervención, pero el impacto de sus acciones resonó en ellos. “Cuando volvimos al auto, todos nos miramos y dije: ‘Chicos, acabamos de salvar una vida’”, compartió Reed. A pesar de que Kurk sigue en la unidad de cuidados intensivos, su familia se siente agradecida por su recuperación, y su hermano ha mencionado que está mostrando signos de mejoría.
De vuelta en el aula, los estudiantes reflexionan sobre la experiencia. “Fue un evento muy traumático, pero para nosotros también fue extremadamente gratificante tener esa confianza en nosotros mismos de que deberíamos ser enfermeras”, afirmó Schroeder. Reconocen que la formación recibida en su institución fue fundamental para actuar con seguridad y eficacia en un momento tan crítico. “No dudé porque no había tiempo para dudar. La confianza en mis capacidades proviene de mis maestros”, concluyó Sells.
El Departamento de Policía de Union continúa investigando el accidente, pero la historia de estos estudiantes resuena como un recordatorio del impacto que puede tener la preparación y la valentía en situaciones de emergencia.