El caso de Dong Yuyu es un ejemplo claro de la restricción a la libertad de expresión en China. El periodista de 62 años, exeditor del diario Guangming Daily, afiliado al Partido Comunista de China (PCCh), fue detenido en febrero de 2022 tras una reunión con un diplomático japonés en la capital china. Según su familia, Dong no tuvo acceso a un juicio justo, ya que no estuvieron presentes durante la lectura del fallo ni tampoco sus abogados.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido un comunicado en el que "apoyamos a Dong y a su familia y pedimos su liberación inmediata e incondicional", según palabras de Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado. La condena de Dong ha sido vista como un ejemplo del "fracaso de la República Popular China a la hora de cumplir sus compromisos en virtud del derecho internacional y de sus propias garantías constitucionales para con todos sus ciudadanos".
La presidenta del Club Nacional de Prensa de Estados Unidos, Emily Wilkins, ha afirmado que "el tipo de actividades de las que se acusa a Dong Yuyu incluye hablar con diplomáticos de la Embajada japonesa en Pekín y almorzar con ellos en lugares públicos". Estas actividades son consideradas normales para un periodista, y Wilkins ha exhortado al Gobierno de Japón a que rebata de inmediato estas "acusaciones infundadas contra sus diplomáticos profesionales y la Embajada donde trabajan".
China ha sido criticada por su falta de libertad de prensa, ocupando el puesto 172 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024 realizado por Reporteros Sin Fronteras. El caso de Dong Yuyu es solo un ejemplo de las restricciones significativas al periodismo independiente y a la expresión de disidencia en el país.