La conductora del vehículo que chocó contra el carrito de golf, Jamie Lee Komoroski, admitió haber bebido en varios bares antes del accidente y conducir a más del doble del límite de velocidad permitido. Su nivel de alcohol en sangre era de 0,26%, lo que es más de tres veces el límite legal para conducir.
El accidente resultó en la muerte de la novia, Samantha Miller, de 34 años, quien murió con el vestido de novia puesto. Su esposo, Aric Hutchinson, sufrió una lesión cerebral y numerosas fracturas. El carro fue arrojado 100 metros por el choque.
En el tribunal, Hutchinson recordó los últimos momentos que pasó con su esposa: "_En el carrito de golf, ella me dijo que no quería que la noche terminara y la besé en la frente y lo siguiente que recuerdo es despertar en el hospital_".
La jueza Deadra Jefferson condenó a Komoroski a 25 años de prisión por un cargo de delito grave por conducir bajo los efectos del alcohol, dos cargos de conducir bajo los efectos del alcohol causando grandes lesiones corporales o muerte y un cargo de homicidio imprudente.
Antes de la sentencia, los familiares de Miller y Hutchinson se dirigieron a la sala. Benjamin Garrett, quien conducía el carrito de golf la noche del accidente, declaró que su único trabajo durante la boda era llevar a los recién casados de regreso a donde se alojaban, algo que lo persigue hasta el día de hoy.
La familia de Komoroski y sus partidarios también hablaron con el juez. Komoroski se disculpó por sus acciones y prometió pasar el resto de su vida ayudando a los adictos y advirtiendo sobre los peligros de beber y conducir.
El padre de Miller, Brad Warner, le dijo a Komoroski que le disgustaba que ella pareciera no asumir nunca su responsabilidad. Le dijo que podía disculparse, pero que él no escucharía ni una palabra.
La sentencia de Komoroski es un recordatorio de los peligros del alcohol y la conducción. La tragedia que ocurrió en Folly Beach es un ejemplo de cómo una noche de diversión puede terminar en tragedia.