Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, la decisión de otorgar indultos preventivos se toma en un momento de creciente especulación sobre otros perdones que el presidente podría otorgar antes de dejar el cargo. Esto ha generado un intenso debate en torno a la política de indultos y el uso del poder presidencial en la recta final del mandato de Joe Biden.
Entre los nombres en consideración para estos indultos preventivos se encuentran algunos de los funcionarios más cercanos a Biden, como el Dr. Anthony Fauci, principal asesor científico durante la pandemia de COVID-19, y el general retirado Mark Milley, ex presidente del Estado Mayor Conjunto. Milley, quien públicamente calificó a Donald Trump de "fascista", y Fauci, quien fue objeto de ataques constantes por parte del expresidente, serían algunos de los principales nombres en la lista.
Además de estos indultos políticos, Biden también está considerando otorgar "perdones de justicia penal" a personas que han cumplido condenas por delitos no violentos relacionados con las drogas u otros crímenes menores. Esta medida se alinea con las políticas del presidente en cuanto a la reforma del sistema de justicia penal, buscando ofrecer una oportunidad de redención a aquellos que no representan una amenaza para la sociedad.
La decisión de Biden de otorgar estos indultos ha generado críticas de Trump y sus aliados, quienes han cuestionado la legalidad y la motivación detrás de estos perdones. Algunos de los argumentos en contra de los indultos incluyen:
- La percepción de que los indultos son una forma de proteger a amigos y aliados políticos.
- La preocupación de que los indultos puedan ser utilizados para evitar la rendición de cuentas por parte de funcionarios que han cometido delitos.
- La crítica de que los indultos pueden ser vistos como una forma de abuso del poder presidencial.