Según un vídeo publicado por el Departamento de Policía de Long Beach, los agentes encontraron al hombre sentado en las escaleras de una iglesia y le ordenaron repetidamente que mostrara las manos. "Nadie quiere hacerte daño, ¿entendido? Sólo queremos ver lo que tienes en la mano", se oye decir a un agente. Sin embargo, los esfuerzos para que el hombre cumpliera las órdenes fallaron, lo que llevó a la llamada de un negociador de secuestros y un equipo de evaluación mental.
El negociador intentó calmar la situación, "Nadie quiere hacerte daño ni verte hacer nada", pero los intentos de negociación también fallaron. La policía de Long Beach llamó a un equipo SWAT, y tras más de dos horas de intentar negociar con el hombre, se lanzó una granada de fragmentación, lo que provocó que apuntara a los agentes con un arma.
El sospechoso, identificado como Boyd, y los agentes intercambiaron disparos, según las fuerzas del orden. Boyd murió en el lugar de los hechos, y se encontró una pistola cerca de su cuerpo. Un agente fue trasladado a un hospital cercano por heridas no reveladas.
El Departamento de Policía de Long Beach llevará a cabo una revisión completa y exhaustiva del incidente, y la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles realizará una investigación independiente. El alcalde de Long Beach, Rex Richardson, ha estado en comunicación con el jefe de LBPD, Wally Hebeish, sobre el asunto.
Richardson ha expresado su compromiso con la transparencia, la rendición de cuentas y el proceso de justicia. "Existen múltiples procesos para incidentes críticos de esta naturaleza para garantizar que se lleve a cabo una revisión exhaustiva y objetiva", dijo en un comunicado. La Comisión de Supervisión Policial y la Oficina de Supervisión Policial también participarán en la revisión del incidente.