El objeto en cuestión era una granada, descubierta durante el control de seguridad en el Aeropuerto Internacional LaGuardia de Nueva York. Los agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) identificaron que el artefacto era real pero inactivo, lo que eliminó cualquier riesgo de explosión. Según la TSA, la granada estaba vacía y no representaba una amenaza.
El pasajero explicó que había adquirido la granada como un recuerdo de un museo, una explicación que fue confirmada tras investigar el dispositivo. Las granadas inactivas son utilizadas en entrenamientos militares y de seguridad, ya que se desactivan para prevenir su explosión.
A pesar de que el artefacto fue genuino, su falta de funcionamiento impidió que representara un peligro real para los viajeros y el personal del aeropuerto. Debido a que el dispositivo estaba inactivo y su origen fue confirmado, las autoridades decidieron no presentar cargos contra el pasajero.
En lugar de arrestarlo, la granada fue confiscada para ser utilizada en entrenamientos futuros de la TSA. Este incidente destaca la importancia de una revisión minuciosa de los artículos que los pasajeros intentan transportar en sus equipajes de mano, especialmente en un aeropuerto tan concurrido como LaGuardia.
Las autoridades instan a los viajeros a ser conscientes de los objetos que llevan consigo para evitar incidentes innecesarios que puedan causar pánico o demoras. La TSA reitera la importancia de seguir las normativas de seguridad para evitar contratiempos.
Algunos consejos importantes para los pasajeros son:
- No llevar objetos peligrosos ni explosivos en sus equipajes.
- Recordar que ciertos artículos, incluso inactivos, pueden generar situaciones de alarma en los aeropuertos.
- Ser conscientes de los objetos que llevan consigo para evitar incidentes innecesarios.