Uno de los principales factores en contra de la aceptación de Xi Jinping es el contexto diplomático y protocolario. Danny Russel, exasistente del secretario de Estado de EE.UU. para Asuntos del Este Asiático, señaló que Xi no aceptaría ser un simple "invitado" en una ceremonia pública, especialmente bajo la mirada de congresistas críticos con China y observando a Trump desde el podio. Según Russel, este tipo de evento podría percibirse como un acto de humillación para el presidente chino, que prefiere encuentros más formales y controlados.
Las tensiones entre Estados Unidos y China siguen siendo un tema delicado, y la presencia de un líder chino en una ceremonia en Washington podría tener repercusiones imprevistas. "Beijing evitaría cualquier situación que pudiera poner en peligro la dignidad de Xi", argumenta Yun Sun, directora del programa de China en el Stimson Center. La asistencia de diplomáticos taiwaneses a la toma de posesión o medidas hostiles por parte de Estados Unidos, como la imposición de aranceles elevados, podrían ser factores que influyan en la decisión de Xi.
La política exterior china, conocida por su enfoque en la protección de la dignidad de su liderazgo, también influye en la decisión. Los viajes internacionales de los máximos funcionarios chinos suelen estar acompañados de altos protocolos y medidas de seguridad, y una visita a Washington podría considerarse una falta de respeto si no se ajusta a esos estándares. Xi preferiría, por tanto, mantener su distancia en eventos no oficiales, como la toma de posesión de un presidente estadounidense.
Entre los posibles obstáculos para la aceptación de Xi se encuentran:
- La elección de Trump de figuras críticas de China para su gabinete, como Marco Rubio y Mike Waltz, que podría intensificar las tensiones en lugar de disminuirlas.
- La amenaza de Trump de aumentar los aranceles a los productos chinos, lo que podría hacer que la presencia de Xi en la ceremonia fuera vista como una contradicción con las políticas estadounidenses hacia China.
- La política exterior china, que se caracteriza por una mezcla de cautela y pragmatismo, lo que sugiere que Xi podría preferir no arriesgarse en un evento que podría resultar contraproducente para sus intereses.