En una entrevista con la revista Time, Donald Trump afirmó que su gobierno utilizará todos los recursos disponibles para expulsar a un número récord de extranjeros sin documentos. Según Trump, la llegada de estos inmigrantes es una "invasión" que debe ser detenida. Para lograr esto, Trump planea recurrir a la Guardia Nacional en tareas de apoyo logístico y operativo, como transporte, inteligencia y construcción de infraestructura en la frontera.
La propuesta de Trump se basa en la idea de que la inmigración ilegal constituye una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo, la ley estadounidense restringe el uso de las fuerzas armadas en funciones de policía interna. A pesar de esto, Trump sostiene que la situación actual en la frontera justifica el despliegue del ejército.
Entre los detalles clave de la propuesta de Trump se encuentran:
- La utilización de la Guardia Nacional en tareas de apoyo logístico y operativo.
- La construcción de nuevos centros de detención para los inmigrantes deportados.
- La deportación rápida de los inmigrantes a sus países de origen.
La estrategia de Trump ha generado preocupaciones sobre sus impactos sociales y económicos, particularmente en sectores que dependen de mano de obra migrante, como la agricultura. De acuerdo con un informe del Departamento de Seguridad Nacional de 2022, aproximadamente 11 millones de personas vivían en Estados Unidos sin estatus migratorio legal.
Si Trump lleva a cabo sus planes, esto podría desencadenar una serie de consecuencias políticas y sociales, además de enfrentar desafíos legales en su implementación. Muchos funcionarios locales y defensores de los derechos civiles se oponen a sus métodos de deportación.