El Centro de Detención de Stewart (SDC), ubicado en Lumpkin, Georgia, y operado por la empresa privada CoreCivic, se ha convertido en el epicentro de las controversias. Un informe de la organización El Refugio, titulado "Crueldad Invisible", detalla una serie de preocupantes acusaciones basadas en una encuesta anónima realizada a los migrantes recluidos en el lugar.
El informe afirma que se presentan patrones sistemáticos de abuso, incluyendo confinamiento solitario prolongado y negligencia médica. Un caso particularmente impactante describe a un migrante que pasó ocho días encerrado en una celda con un colchón empapado de orina, dejado desnudo hasta sufrir un paro cardíaco. “Después de menos de 24 horas en el hospital, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) envió al migrante de regreso a SDC, donde volvió a entrar en régimen de aislamiento solitario,” señala el reporte.
Además del aislamiento, el documento revela otras prácticas igualmente alarmantes. Las denuncias de hambre son constantes, con descripciones de comida en mal estado y la falta de atención a las necesidades básicas de los detenidos. Algunos migrantes afirman haber sido castigados arbitrariamente, incluso por razones discriminatorias. Las condiciones de hacinamiento y falta de higiene también son denunciadas reiteradamente.
La información recabada pinta un panorama desolador, donde la vida de los detenidos estaría en riesgo. “La evidencia es clara, ICE y CoreCivic ponen en peligro las vidas de las personas detenidas en SDC, y nadie se responsabiliza,” afirma Amílcar Valencia, director ejecutivo de El Refugio y coautor del informe. Kristen Kolenz, coautora del informe y miembro de la junta directiva de El Refugio, coincide en la urgencia de atender la situación, calificando al SDC como “peligrosa y mortal.”
Tanto ICE como CoreCivic han negado reiteradamente las acusaciones. Sin embargo, la publicación del informe coincide con un momento de tensión política, a poco tiempo de la llegada del presidente electo a la Casa Blanca y la posibilidad de un aumento en las deportaciones, lo que hace aún más crucial la investigación y el debate sobre las condiciones en los centros de detención de migrantes.