El fin de semana pasado, la situación dio un giro inesperado en el Brooklyn Navy Yard. Ahí, la policía de Nueva York (NYPD) encontró un dron de gran tamaño, de aproximadamente 5 pies de diámetro, aparentemente abandonado. Una fotografía, obtenida por el New York Post, muestra la imponente envergadura del aparato.
Inicialmente, la situación generó alarma, pero la investigación de la NYPD determinó que el dron no representaba una amenaza. Se confirmó que pertenece a Amogy Inc., una compañía con sede en el mismo astillero. Esto, sin embargo, no ha disipado por completo las preocupaciones sobre la proliferación de drones en la zona.
La actividad de drones en la región tri-estatal ha sido un tema candente. Funcionarios electos y ciudadanos expresan su inquietud por la falta de información oficial sobre la identidad de los operadores y sus motivos. La opacidad en torno al tema ha alimentado las especulaciones.
Incluso el presidente electo, Donald Trump, se pronunció al respecto durante una conferencia de prensa el lunes. En sus palabras: "El gobierno sabe lo que está pasando. Por alguna razón, no quieren comentar. Y creo que sería mejor que dijeran lo que sabe nuestro ejército y nuestro presidente". Sus declaraciones añaden otra capa de misterio a un asunto que ya de por sí es enigmático.
La recuperación del dron en el Brooklyn Navy Yard, aunque aparentemente resuelta, deja abiertas interrogantes sobre la seguridad aérea y la necesidad de mayor transparencia por parte de las autoridades en temas que conciernen la seguridad nacional.