La atención se centra ahora en el nuevo fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, y su decisión de abordar el caso de una manera poco convencional.
La noticia principal es la decisión de Hochman de analizar por separado las peticiones de revisión de sentencia de Lyle y Erik Menéndez. Esta estrategia, aunque técnicamente se aplicó de manera individual en los juicios originales, toma un nuevo significado en el contexto de la solicitud del anterior fiscal, George Gascón, de revisar las condenas a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
“El destino de Lyle y Erik podría no ir de la mano,” declaró Hochman a NBC, una frase que ha generado controversia y especulación. Esta decisión contrasta con la postura de los hermanos, quienes han mantenido una unidad inquebrantable a lo largo de este proceso, a pesar de no ser gemelos. Su abogado, Mark Garagos, ha criticado la decisión como una visión simplista del caso, argumentando que un enfoque conjunto habría sido más justo.
La familia Menéndez, con sus abogados a la cabeza, ha expresado su preocupación. En una carta dirigida a Hochman y a la que TMZ tuvo acceso exclusivo, el abogado de la familia, Bryan Freedman, denuncia un supuesto favoritismo. Se argumenta que el fiscal ha dado prioridad a las opiniones de Kathy Cady, abogada de Milton Anderson, tío de los hermanos y único miembro de la familia que se opone a su liberación. “En lugar de reunirse con las víctimas que han interactuado directamente con Lyle y Erik… usted eligió escuchar solo a quien no ha tenido ningún contacto con ellos,” señala la misiva.
La audiencia, programada para el 30 y 31 de enero de 2025, se perfila como crucial. La defensa planea presentar evidencia del supuesto abuso sexual sufrido por los hermanos a manos de su padre, José Menéndez, incluyendo una carta escrita por Erik a su primo y el testimonio de Roy Roselló, ex miembro de Menudo, quien afirma haber sido víctima de abuso por parte de José Menéndez. El cambio de fiscales, quienes anteriormente abogaban por una reducción de la sentencia a 50 años con posibilidad de libertad condicional, también agrega una capa de complejidad a la situación.
Mientras tanto, la prima de Lyle y Erik, Ana María Baralt, ha expresado su optimismo en redes sociales, con la esperanza de que el nuevo enfoque del fiscal considere las alegaciones de abuso como un factor relevante en el caso. La incertidumbre persiste, dejando abierta la interrogante sobre el futuro de Lyle y Erik Menéndez.