El foco se centró en un accidente ocurrido en Staten Island alrededor de la 1:50 a.m. del viernes. Una patrulla del NYPD respondió a una colisión entre dos vehículos en Huguenot Ave. y Drumgoole Ave. West. Detrás del volante de uno de los autos se encontraba la oficial Diana Todaro, de 27 años, quien, según la denuncia, admitió haber consumido “tres o cuatro tragos” en la fiesta navideña de la Comisaría 120 antes del accidente.
El impacto fue considerable, lo suficientemente fuerte como para activar las bolsas de aire. Todaro sufrió un corte en la frente, mientras que su vehículo, un Nissan Altima negro, y el Chevrolet Volt con el que colisionó, presentaron daños significativos en parachoques y luces. Tres colegas de Todaro, los oficiales Brandon Schneider, Melodie Muñiz y Anthony Espósito, viajaban como pasajeros. Estos tres oficiales, con menos de cuatro años de experiencia cada uno en el NYPD, fueron asignados a tareas administrativas tras el incidente y podrían enfrentar cargos disciplinarios por su participación.
La oficial Todaro fue arrestada por conducir bajo los efectos del alcohol y acusada formalmente el viernes. Su suspensión del servicio policial es efectiva, y deberá comparecer ante la corte el 30 de enero. Este incidente, sin embargo, no fue aislado. Se registraron al menos otros dos arrestos de oficiales del NYPD por conducir ebrios en los días posteriores, aunque no se confirmó una relación directa con las fiestas navideñas del departamento.
El oficial Sheikh Aktaruzzaman, de 28 años, fue detenido el viernes por la mañana en El Bronx, encontrado dormido al volante de su vehículo. Por otro lado, el oficial José DeJesús, asignado a la Sección de Órdenes Judiciales, fue arrestado el sábado tras un accidente en Staten Island.
Estos sucesos subrayan la problemática de la conducción bajo los efectos del alcohol, no solo dentro del cuerpo policial, sino a nivel general en la ciudad de Nueva York. Las cifras de accidentes de tránsito, con un promedio de una muerte cada 34 horas en 2023, son alarmantes. El programa "Vision Zero", implementado en 2014 con la meta de cero muertes viales para 2024, parece lejos de alcanzar su objetivo. La realidad muestra que los accidentes de tránsito, incluyendo aquellos causados por conductores que huyen de la escena, siguen siendo un desafío significativo para la ciudad.
La información disponible señala un aumento de fatalidades en accidentes viales en comparación con años anteriores, con un costo económico que supera los 5,000 millones de dólares en 2023, según Transportation Alternatives. Las autoridades continúan enfatizando la tolerancia cero hacia la conducción temeraria bajo la influencia del alcohol y otras sustancias.