El foco de la investigación se centra en una residencia ubicada en la 14th Road, cerca de la 119th St. en College Point. Allí, alrededor de la 1:15 a.m., se desató un tiroteo que cobró la vida de Jennifer Navarrete, una mujer de 32 años. Según reportes, Navarrete recibió un disparo en la cabeza y falleció en el lugar.
La tragedia no se limitó a la pérdida de la joven hispana. Su tío, de 49 años, también resultó herido durante el incidente. Se reporta que llegó por sus propios medios al Flushing Hospital Medical Center con heridas de bala en el brazo y la espalda. Afortunadamente, se encuentra fuera de peligro.
La policía de Nueva York se encuentra tras la pista del pistolero, quien huyó de la escena sin dejar rastro. Hasta el momento, el móvil del crimen permanece desconocido, así como la posible relación entre el agresor y las víctimas. "No se conoce el motivo del tiroteo ni el posible vínculo entre el atacante y sus víctimas," confirmó una fuente cercana a la investigación.
La escena del crimen ofreció algunos indicios clave. Las autoridades recuperaron cuatro casquillos de bala. Además, se encontró un Volkswagen con placas de Carolina del Sur, presuntamente perteneciente a una de las víctimas, con rastros de sangre en su interior. Este vehículo podría proporcionar información crucial para la investigación.
Este trágico suceso resalta la persistencia de la violencia, particularmente la violencia doméstica, en la ciudad de Nueva York y sus alrededores. Las estadísticas son alarmantes: se reportan un promedio de 747 incidentes diarios relacionados con violencia doméstica, incluyendo agresiones, abusos y maltratos verbales, con una cifra cercana a los 65 homicidios anuales. El caso de Jennifer Navarrete sirve como un crudo recordatorio de esta dura realidad.
La investigación continúa, con la esperanza de que las autoridades logren dar con el responsable y arrojar luz sobre los motivos detrás de este terrible acto de violencia.