Erik y Lyle Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en 1989, podrían enfrentar desenlaces distintos. El fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, ha declarado en una entrevista con NBC News que analizará cada caso por separado, una decisión que ha generado gran expectativa.
Hochman, en sus declaraciones, rompe con la narrativa unificada del "caso Menéndez", afirmando: “Aunque se les llama el 'caso de los hermanos Menéndez', hay un caso de Erik Menéndez y un caso de Lyle Menéndez. En realidad, hay dos víctimas diferentes.” Esta nueva perspectiva se centra en el análisis individual de las circunstancias que rodearon la muerte de José y Kitty Menéndez, un enfoque que, según el fiscal, es obligatorio para una resolución justa.
La posibilidad de una nueva sentencia, que podría llevar a la libertad de uno o ambos hermanos, se entrelaza con la reciente aparición de nuevas pruebas que apuntan a un posible abuso sexual por parte de José Menéndez hacia sus hijos. Incluso se mencionan posibles vínculos con un miembro de la banda Menudo. Esta información, aún en proceso de investigación, podría influir significativamente en la decisión final.
Hochman ha aclarado que aún no ha tomado una decisión sobre si recomendará o no una nueva sentencia, destacando su compromiso con un análisis exhaustivo del caso: "No estoy en esa posición ahora, pero puedo decirles que si tengo que tomar esa decisión, haré el trabajo duro para tomar la decisión correcta". El estudio de los archivos, las entrevistas con los involucrados y la evaluación de la pertinencia de una nueva sentencia son los pasos cruciales en este proceso.
La inquietante historia de los hermanos Menéndez, con sus giros inesperados, continúa su desarrollo, dejando a la opinión pública en vilo ante la incertidumbre de un desenlace que podría reescribir un capítulo crucial de la historia criminal de Los Ángeles.