Una suma que refleja no solo un costo económico, sino un profundo impacto social. Pero, ¿cómo llegamos a esta cantidad?
La historia comienza no con un solo evento, sino con una larga cadena de detenciones. Hablamos de 20,000 inmigrantes, entre 1997 y 2012, quienes permanecieron en prisión mucho más allá de sus fechas de liberación programadas. Días, semanas, incluso meses adicionales tras las rejas. ¿El motivo? Solicitudes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para retenerlos temporalmente.
El ICE, según la demanda colectiva resuelta esta semana, buscaba inmigrantes con condenas cortas o bajo custodia policial. La petición era simple: retenerlos hasta 48 horas después de cumplir su condena, para iniciar procesos de deportación. Esta práctica, según los afectados, resultó en un total acumulado de más de 166,000 días de detención indebida – equivalente a 454 años.
Imaginen: 454 años de vidas interrumpidas, familias separadas, y sueños postergados. El impacto en la vida de cada uno de los afectados, provenientes de países como México, República Dominicana y Cuba, entre otros, es inmensurable.
“Las órdenes de detención imponen un doble castigo a los inmigrantes,” se lee en el comunicado de prensa. Un doble castigo que ahora, tras una década de litigio, ha obtenido una compensación económica. Dependiendo de la duración de la detención, algunos recibirán decenas de miles de dólares.
Frank Barker, un residente del Bronx de 58 años, afectado por esta práctica, comparte en el comunicado su experiencia y apela a otros afectados a sumarse al proceso de compensación. La ciudad de Nueva York, por su parte, niega responsabilidad, pero acordó el fondo de compensación, incluyendo costos legales.
Este acuerdo, que representa una victoria para los demandantes y un reconocimiento de las fallas en el sistema, deja tras de sí una pregunta fundamental: ¿Cómo aseguramos que algo así no vuelva a ocurrir?