El gigante del comercio electrónico, Amazon, se encuentra en el ojo del huracán. La Hermandad Internacional de Teamsters, un poderoso sindicato, anunció una huelga de envergadura que involucra a casi 10,000 trabajadores en siete de sus instalaciones a partir del jueves por la mañana.
Esta acción, calificada por el sindicato como la huelga más grande contra Amazon en la historia de Estados Unidos, surge tras el vencimiento de un ultimátum dado a la empresa el 15 de diciembre para avanzar en las negociaciones contractuales. Los trabajadores, que autorizaron las huelgas en días recientes, se unirán a las protestas tras lo que el sindicato considera una falta de voluntad negociadora por parte de Amazon.
Las instalaciones afectadas incluyen un almacén en San Francisco, California, y seis estaciones de reparto en California del Sur, Nueva York, Atlanta, Georgia y Skokie, Illinois. Según el anuncio del sindicato, los trabajadores de otras instalaciones de Amazon están "preparados para unirse" a la huelga.
El conflicto se extiende más allá de las simples negociaciones salariales. En juego está la representación de los trabajadores. El almacén de Staten Island, en Nueva York, donde miles de empleados votaron a favor del sindicato Amazon Labor Union en 2022 y se han afiliado desde entonces a los Teamsters, es un punto crucial. Amazon busca anular los resultados de aquella elección, argumentando irregularidades, e incluso ha presentado una demanda contra la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
Otro punto de fricción es la situación de los repartidores. Amazon sostiene que los repartidores, organizados por los Teamsters durante más de un año, no son sus empleados, sino que trabajan para empresas de terceros. “Los Teamsters han engañado intencionalmente al público, afirmando que representan a ‘miles de empleados y conductores de Amazon’. No lo hacen, y este es otro intento de difundir una narrativa falsa”, afirmó Kelly Nantel, portavoz de Amazon. Sin embargo, los Teamsters argumentan que Amazon ejerce un control significativo sobre las operaciones de estos conductores, calificándolos de empleados de facto. En septiembre, Amazon incrementó la remuneración de estos repartidores ante la presión creciente. La situación se complica aún más al considerar que algunos reguladores laborales de Estados Unidos se han alineado con la postura del sindicato.
La situación promete un desarrollo complejo con implicaciones importantes para el futuro de las relaciones laborales en el sector del comercio electrónico y la logística.