Tom Homan, designado como el nuevo "zar de la frontera" en la próxima administración de Trump, ha confirmado planes contundentes. Sus declaraciones en CNN han generado un revuelo considerable. Homan, quien se desempeñó como director interino del ICE durante el primer mandato de Donald Trump, asegura que la iniciativa de deportaciones masivas comenzará el 20 de enero de 2025, es decir, el "día uno".
Según sus palabras: “El primer día, los agentes de ICE de todo el país estarán en las calles desde el principio. El presidente lo dejó claro, y yo lo dejé claro”. Aunque Homan afirma que se priorizará a aquellos inmigrantes que representen una amenaza a la seguridad pública y nacional, la magnitud del plan es impresionante: se busca revisar los casos de aproximadamente 10 millones de inmigrantes.
El funcionario justifica esta medida al mencionar: “Hubo más de 10 millones de encuentros en la frontera sur… tenemos a muchos de ellos esperando con ansias, por lo que las amenazas a la seguridad pública son muchas, y eso nos mantendrá ocupados”. Además, Homan critica duramente la administración Biden, acusándola de una reducción del 74% en la deportación de "extranjeros criminales". Esta afirmación contrasta con las prioridades declaradas por la administración Biden, que se centraron en la deportación de individuos con antecedentes penales, no en la deportación masiva de cualquier inmigrante.
La controversia se intensifica con las declaraciones previas de Homan, quien sugirió la posibilidad de deportar incluso a niños estadounidenses para evitar separaciones familiares. Esta posibilidad ha generado una ola de preocupación entre las organizaciones defensoras de los derechos civiles. Se rumorea que el presidente electo Trump considera declarar una emergencia nacional para facilitar la logística de las deportaciones, incluyendo el posible uso de la Guardia Nacional para la retención y traslado de inmigrantes.
Recientemente, la deportación de una madre y sus cuatro hijos, incluyendo bebés gemelos estadounidenses, ha servido como una sombría premonición de las posibles acciones del ICE bajo este nuevo plan. Los detalles de esta situación y sus implicaciones son claves para entender la complejidad del desafío que se avecina.
El impacto de estas acciones en la sociedad mexicana, con sus fuertes lazos familiares y comunitarios con la población migrante en Estados Unidos, es un factor clave que merece un análisis profundo y separado.