El centro de la atención está en China, y más específicamente, en la empresa Lingkong Tianxing Technology. Esta compañía ha revelado detalles de su proyecto de un avión supersónico con capacidades sin precedentes. No se trata de simples mejoras incrementales; estamos hablando de una auténtica revolución en la aviación.
Su prototipo, impulsado por un innovador motor Jundouyun, ha alcanzado la asombrosa velocidad de 3.106 mph – ¡más de cuatro veces la velocidad del sonido! Esto significa un viaje transatlántico en menos de dos horas, eclipsando ampliamente los tiempos de vuelo del mítico Concorde. "Este motor tiene un potencial comercial significativo en el campo de los vuelos de alta velocidad en entornos cercanos al espacio," explicó un portavoz de la empresa al South China Morning Post.
Pero la velocidad no es la única característica excepcional. El avión ha superado la barrera de los 65.600 pies de altitud, acercándose a la órbita terrestre. Esto se ha logrado gracias a la tecnología de combustión por detonación, utilizando un estatorreactor que genera empuje mediante ondas de choque. A diferencia de otros aviones y cohetes, prescinde de complejos compresores y piezas de turbina.
Las pruebas han sido concluyentes, validando el sistema de suministro de combustible y los sistemas de control eléctrico. Los resultados confirmaron la estabilidad y fiabilidad del motor, un hito crucial en su desarrollo. La empresa planea perfeccionar el prototipo para su uso comercial, con un primer vuelo previsto para 2027.
Una característica adicional que lo diferencia de otros aviones supersónicos es su capacidad de despegue y aterrizaje vertical, lo que simplifica la infraestructura aeroportuaria necesaria. Este avance de China llega en un contexto de competencia global, con compañías como Boom Technology en Estados Unidos, también desarrollando aeronaves supersónicas, aunque con tiempos de vuelo ligeramente mayores (3 horas y 30 minutos entre Londres y Nueva York, según su proyecto "Son of Concorde").
La carrera por la supremacía en la aviación supersónica está en pleno apogeo, y la apuesta de China con este revolucionario avión promete cambiar para siempre la manera en que percibimos los viajes aéreos de larga distancia.