Sin embargo, para otros, el brillo festivo se ve opacado por una sombra persistente: la ausencia. Este año, la psicóloga Lyann Pérez Betancourt, experta en duelo infantil, ha destacado la importancia de la salud emocional durante las fiestas decembrinas, especialmente para los más pequeños. No se trata solo de regalos, sino de la creación de recuerdos positivos que nutrirán su desarrollo emocional a largo plazo.
Pero la reflexión va más allá de la infancia. Las fiestas navideñas pueden ser particularmente difíciles para quienes han experimentado una pérdida significativa. El "síndrome de la silla vacía", como lo describe una especialista en pérdidas (cuyo nombre no fue revelado por razones de privacidad), resume la compleja gama de emociones que pueden surgir al confrontar la ausencia de un ser querido en estas fechas tan familiares.
"Uno como terapeuta a veces recomienda que se le de un espacio a esa persona en la cena familiar, no un espacio físico, sino un espacio en tu fiesta, donde la familia cercana a esa persona que falleció lamentablemente en ese año lleve fotos, recuerdos, hablen de anécdotas, pero es un espacio. Ósea, tu dices vamos a sentarnos, vamos a platicar o un ritual de navidad para recordar a los que ya no están," explicó la especialista.
Esta especialista propone un enfoque sensible para integrar la memoria de los fallecidos en las celebraciones. No se trata de ignorar el vacío, sino de transformarlo en un espacio de recuerdo y reflexión, creando un ritual significativo que honra la memoria de los seres queridos que ya no están. Esto, sugiere, puede dar paso a una mejor conexión con aquellos que sí están presentes.
La Dra. Pérez Betancourt, por su parte, enfatiza la importancia de las experiencias positivas en la infancia durante Navidad. "Influye mucho en la cuestión de su desarrollo emocional ya que son momentos que comparten en familia, que comparten creencias porque hay familia que les inculcan creen en Santa, o la cuestión de la religión. Es una situación emocional en los niños en donde se crea esperanza, ilusión," comenta.
Para los niños, la ausencia de figuras familiares o la frustración por no recibir el regalo deseado pueden tener un impacto significativo en su bienestar emocional. Por ello, la experta recomienda:
- Fomentar la unión familiar a través de actividades compartidas.
- Crear nuevas tradiciones como escuchar villancicos, realizar escenografías navideñas o tomar fotos familiares.
- Buscar apoyo terapéutico si los sentimientos negativos persisten.
En resumen, la época navideña presenta una compleja dualidad: la alegría festiva y el dolor de la ausencia. Tanto para adultos como para niños, el enfoque en la creación de recuerdos positivos y la aceptación de las emociones, se presentan como herramientas clave para navegar estas fechas con mayor serenidad.