La atención se centra en las declaraciones del presidente electo, Donald Trump, quien en un acto en Phoenix, Arizona, ante jóvenes conservadores, ha prometido una serie de medidas contundentes para su segundo mandato. Entre ellas, destaca su promesa de “detener la locura transgénero” desde el primer día de su gobierno, una afirmación que ha generado fuertes reacciones.
Según sus palabras, "Firmaré órdenes ejecutivas para acabar con la mutilación sexual infantil, sacar a los transgénero del ejército y de nuestras escuelas primarias y secundarias". Además, se comprometió a "mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos", y anunció que "será política oficial del gobierno de Estados Unidos que sólo haya dos géneros: masculino y femenino".
Estas declaraciones se producen en un contexto de debate nacional sobre los derechos de la comunidad transgénero. Estados con gobiernos demócratas y republicanos han tomado posturas opuestas respecto a tratamientos médicos de transición de género para jóvenes, y la presencia de libros sobre temas de género en escuelas y bibliotecas.
Pero las promesas de Trump van más allá de la política interna. También ha intensificado su retórica contra los cárteles mexicanos, anunciando su intención de designarlos como organizaciones terroristas extranjeras. Esta decisión, que ya intentó implementar durante su primer mandato, se enfrenta a la oposición de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien ha enfatizado la soberanía nacional y la necesidad de colaboración, no de subordinación.
Otro punto conflictivo es su promesa de retomar el control del Canal de Panamá. Trump ha argumentado que las tarifas son “ridículas” y que, de no garantizarse una “operación segura, eficiente y confiable”, demandará la devolución del canal. Esta declaración ha generado una respuesta inmediata del presidente panameño, José Raúl Mulino, quien ha exigido respeto a la soberanía panameña.
Finalmente, Trump ha prometido la resolución de conflictos internacionales, asegurando que "pondré fin a la guerra en Ucrania, detendré el caos en Oriente Medio y evitaré, lo prometo, la Tercera Guerra Mundial". Aunque aún no ha detallado sus planes para lograr estas metas, ha declarado con seguridad que "la edad de oro de Estados Unidos ha llegado".
Estos anuncios anticipan un gobierno con una agenda agresiva, tanto en temas internos como internacionales, planteando un escenario complejo y lleno de incertidumbre para los próximos años.