El foco se centra en su propiedad en Kauai, Hawái. Meses de rumores han circulado, alimentando fantasías de un búnker apocalíptico oculto bajo su mansión. Una investigación de Wired, por ejemplo, hablaba de un complejo de $100 millones de dólares, con un búnker subterráneo de 5,000 pies cuadrados, incluyendo, según la publicación, 12 estructuras adicionales con 30 recámaras y 30 baños, casas en los árboles, y lujos como un centro fitness con gimnasio, piscinas, sauna, baño de vapor y cancha de tenis. Todo esto en un terreno de 1,400 acres conocido como Koolau Ranch.
Pero, ¿qué hay de verdad en estas afirmaciones? Recientemente, Zuckerberg, a través de una entrevista con The Circuit de Bloomberg, ha salido al paso de las especulaciones. El empresario de 40 años reconoció la existencia de un sótano en su propiedad de Kauai, pero se apresuró a desmentir la imagen de un búnker estilo "fin del mundo". “No. Creo que más bien es como un pequeño refugio en el sótano. Es un sótano,” declaró. Zuckerberg aclaró que las exageraciones sobre un refugio anti-huracanes se salieron de proporción, negando enfáticamente la existencia de una estructura subterránea de las dimensiones descritas inicialmente.
El contraste entre la imagen pública de Zuckerberg y la narrativa creada alrededor de su propiedad en Hawái es notable. La realidad, según sus propias palabras, se limita a un sótano convencional, un detalle que contrasta fuertemente con las descripciones de un complejo de supervivencia de alta tecnología. Mientras tanto, el proyecto Koolau Ranch, con sus numerosas construcciones residenciales y amenidades de lujo, continúa su desarrollo, alejándose de la imagen apocalíptica que se le ha atribuido.
La discrepancia entre la realidad y la especulación pone de relieve la dificultad de discernir la verdad en medio de rumores y filtraciones, especialmente cuando se trata de figuras públicas con un alto perfil como Mark Zuckerberg. El caso deja una intriga residual, aunque la imagen de un búnker subterráneo parece haber quedado desmentida por el propio protagonista.