En el corazón de esta compleja situación se encuentran grupos criminales como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que han encontrado en el flujo migratorio una fuente de ingresos multimillonaria. “El abuso de los migrantes como actividad criminal es cada vez más importante,” señala Yael Schacher, directora para América y Europa en Refugees International.
La ruta a través del Darién, una selva inhóspita de más de 575.000 hectáreas entre Colombia y Panamá, se ha convertido en una carretera humana, con cerca de 300.000 cruces registrados en 2024. Las AGC, con un casi total control de la zona, imponen un "impuesto" del 10% a negocios locales, guías y transporte, generando ganancias estimadas entre US$17.5 millones y US$25 millones solo en impuestos a los paquetes migratorios. Algunas organizaciones, como Human Rights Watch, estiman que la cifra podría duplicarse.
Pero las AGC no son las únicas que se benefician. Otra organización que ha captado la atención internacional es el Tren de Aragua, una megabanda venezolana que ha expandido su influencia por Suramérica, aprovechando el éxodo de millones de venezolanos. Este grupo ofrece servicios de traslado de migrantes, incluyendo paquetes completos, consolidándose como un actor principal en el tráfico humano de la región. A pesar de acciones gubernamentales sin precedentes, la influencia del Tren de Aragua persiste, incluso llegando a ser designada como una "creciente amenaza" por la OFAC de Estados Unidos.
La situación en México tampoco es ajena a este fenómeno. Con migrantes varados en el país debido a políticas migratorias restrictivas, el tráfico humano se ha convertido en un pilar fundamental de las operaciones de grandes cárteles como el Cartel de Sinaloa y el Cartel del Golfo. “[El tráfico de migrantes] es 100% un pilar de sus operaciones y modelos de ingresos,” afirma Ari Sawyer, experto en dinámicas migratorias y seguridad en México. La extorsión y el secuestro masivo de migrantes se han incrementado alarmantemente, convirtiendo esta actividad en un negocio multimillonario comparable al narcotráfico.
La situación es compleja: el endurecimiento de las políticas migratorias, aunado a la creciente inseguridad regional, crea un círculo vicioso que beneficia a los grupos criminales. La respuesta a esta problemática requiere una estrategia integral que aborde no solo las consecuencias, sino las causas de la migración forzada y el auge de la criminalidad organizada en Latinoamérica.