Las autoridades del condado de Monroe respondieron a la llegada de 16 migrantes cubanos cerca del Aeropuerto Internacional de Key West. El grupo, compuesto por cinco mujeres y once hombres, llegó en una embarcación que, posteriormente, fue confiscada por la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida. Todos portaban documentos de identificación y pasaportes cubanos.
La policía de Key West, tras atender el incidente en South Roosevelt Boulevard, inicialmente detuvo a seis de los migrantes. Posteriormente, localizaron al resto del grupo. Si bien sus identidades no se han hecho públicas, se sabe que dos de ellos requirieron atención médica en el Lower Keys Medical Center por deshidratación y pérdida de sensibilidad en sus extremidades.
Los 14 migrantes restantes fueron puestos bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para su procesamiento. Este evento, aunque puntual, refleja una realidad migratoria mucho más amplia y preocupante.
El viaje marítimo de aproximadamente 160 kilómetros entre Cuba y Florida, implica un riesgo significativo para la vida. Muchos migrantes emprenden la travesía en embarcaciones precarias, con resultados a veces fatales. La eliminación en 2017 de la política de "pies secos, pies mojados", que facilitaba la entrada de cubanos a Estados Unidos, ha generado cambios importantes en el panorama migratorio, complicando el proceso de inmigración legal para los cubanos y equiparando su tratamiento con el de otros migrantes.