El sábado pasado, en Eagle Pass, Texas, agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) localizaron a dos niñas, provenientes de El Salvador, de 5 y 9 años, abandonadas en circunstancias desesperantes. Lo que llamó la atención de los agentes no fue solo la situación de las menores, sino también la presencia de un pequeño trozo de papel, un "salvavidas" escrito a mano, con un número de teléfono y una dirección garabateados.
El Teniente Chris Olivarez del DPS de Texas, compartió a través de X (antes Twitter) una imagen de las niñas, que rápidamente se viralizó generando una ola de reacciones en redes sociales. La foto, de un realismo crudo, muestra a las pequeñas, vestidas con camisetas negras, con la expresión de incertidumbre en sus rostros, aferrándose a ese pequeño papel, su única pista de esperanza en medio del desamparo.
"Los soldados recuperaron a dos niñas no acompañadas que un contrabandista dejó abandonadas en Eagle Pass y huyó de regreso a México," declaró el Teniente Olivarez en su publicación. Las niñas, tras ser localizadas, fueron puestas bajo el cuidado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Este incidente, lamentablemente, no es un caso aislado. Según reportes de medios como The New York Post, se ha registrado un aumento significativo de casos en los que niños migrantes no acompañados son abandonados en la frontera, a menudo con información de contacto de familiares escrita o cosida en sus ropas.
El contexto de este suceso se enmarca dentro de las complejas dinámicas migratorias actuales. Datos recientes indican que más de 529,000 niños migrantes han ingresado a Estados Unidos bajo la administración Biden. Un informe adicional, publicado en agosto, reveló la preocupante cifra de más de 320,000 niños migrantes perdidos por las autoridades tras cruzar la frontera sin sus padres.
Detalles sobre la situación específica de las niñas salvadoreñas aún no han sido revelados públicamente, dejando un velo de incertidumbre sobre su futuro inmediato. La investigación continúa, pero la imagen de las dos pequeñas, solas y vulnerables, permanece como un poderoso recordatorio de la cruda realidad de la migración en la frontera.