La madrugada del miércoles, un vehículo irrumpió en la celebración, arrollando a decenas de personas en Bourbon Street. Shamsud-Din Jabbar, un ciudadano estadounidense de 42 años y veterano del ejército con pasado en Afganistán, fue identificado como el conductor. El FBI, a través de la agente especial adjunta a cargo, Alethea Duncan, confirmó que se trataba de un acto terrorista, basado en evidencia encontrada en el vehículo y en videos publicados por Jabbar en redes sociales horas antes del ataque.
"Había cadáveres por toda la calle, todo el mundo gritaba y vociferaba", relató un testigo, Zion Parsons, quien presenció la escena de horror. El saldo fue devastador: 15 personas muertas y decenas de heridos. El impacto fue tal que un partido de playoffs de fútbol universitario en el cercano Superdome tuvo que ser pospuesto.
El vehículo, una camioneta alquilada, llevaba la bandera del Estado Islámico. Además, se encontraron en su interior armas y lo que parecía ser un dispositivo explosivo improvisado (IED). Las investigaciones posteriores revelaron la presencia de múltiples IEDs, incluso bombas de tubo, en otras ubicaciones del Barrio Francés, hallazgo confirmado por un boletín de inteligencia de la Policía Estatal de Luisiana obtenido por la AP. Este boletín menciona también imágenes de vigilancia que podrían mostrar a otras personas involucradas, aunque la información aún es preliminar y no ha sido confirmada oficialmente.
El presidente Joe Biden calificó el ataque como un “acto despreciable y atroz”, expresando su pésame a las víctimas y a la ciudad de Nueva Orleans. La investigación del FBI se extiende a la posibilidad de cómplices, descartando la hipótesis de que Jabbar actuó solo. La escena, a pesar del usual ritmo frenético de la ciudad, fue descrita por algunos residentes como "silencio sepulcral". Incluso a pocas cuadras de la tragedia, la vida parecía seguir su curso, un contraste impactante que refleja la resiliencia, y a la vez, la profunda conmoción de la ciudad.
La investigación continúa, centrándose en determinar la posible asociación de Jabbar con organizaciones terroristas y el posible rol de otros individuos. Se encontraron en el vehículo una pistola y un rifle estilo AR. Dos agentes de policía resultaron heridos durante el enfrentamiento con Jabbar, quien fue abatido por la policía tras abrir fuego contra ellos. El incidente ha dejado una profunda huella en la ciudad, destacando la vulnerabilidad de incluso los lugares más vibrantes ante la amenaza del terrorismo.