Este viernes, en medio del revuelo por la reelección del Representante Mike Johnson como Presidente de la Cámara de Representantes, un incidente llamó la atención: la Representante Virginia Foxx, republicana de Carolina del Norte y presidenta del Comité de Educación de la Cámara, sufrió una caída en el Capitolio.
La congresista, de 81 años, se precipitó en las grandes escaleras del lado republicano del Capitolio, poco después de la votación. Testigos reportaron que la Representante Foxx sangraba tras el incidente, aparentemente por una hemorragia nasal.
Aunque inicialmente se desconocía la gravedad de sus lesiones, se observó a la congresista caminando, acompañada por personal médico, hacia la oficina de los médicos del Capitolio para recibir atención. “Se la vio caminando, aunque guiada por los asistentes médicos,” comentó una fuente cercana a los hechos.
La incidencia, que ocurrió después de un día de intensa actividad legislativa, suscita preguntas sobre las condiciones de trabajo en el Capitolio y la presión que sufren los legisladores. El incidente pone de relieve, de manera inesperada, los desafíos físicos que enfrentan estas figuras públicas, incluso en un ambiente tan controlado.
Se espera que en las próximas horas se emita un comunicado oficial sobre el estado de salud de la Representante Foxx. Mientras tanto, la noticia resuena en los pasillos del poder, recordando la fragilidad humana incluso en el corazón de la política.