El presidente electo, Donald Trump, ha expresado su descontento a través de Truth Social, su plataforma favorita, sobre la decisión de mantener las banderas estadounidenses a media asta durante su investidura. La razón de este gesto, según se ha informado, es honrar la memoria del expresidente Jimmy Carter, fallecido el 29 de diciembre a la edad de 100 años.
Trump, en sus declaraciones, afirma que “nadie quiere ver esto” y que los demócratas están celebrando la medida con una actitud que él percibe como poco patriótica. El expresidente calificó la decisión como un "desastre" y un acto que refleja una falta de amor hacia el país. Curiosamente, esta no sería la primera vez que las banderas ondean a media asta durante una investidura presidencial.
Un dato histórico poco conocido refuta la afirmación de Trump. Según reportes del New York Times, las banderas ya ondearon a media asta durante la segunda investidura de Richard Nixon en 1973, en memoria del expresidente Harry S. Truman. Esta tradición, establecida por el presidente Dwight Eisenhower en 1954, estipula que la bandera estadounidense debe permanecer a media asta durante 30 días tras la muerte de un presidente o expresidente en todos los edificios federales, terrenos y embarcaciones navales del país.
A pesar de sus críticas públicas, Trump ha declarado su intención de asistir al funeral de Carter, describiendo el hecho de ser presidente como "un club muy exclusivo". Anteriormente, Trump había expresado su respeto por Carter, reconociendo sus logros y su servicio al país, aunque en otras ocasiones ha mostrado una actitud más crítica hacia el expresidente.
El funeral de Carter se llevará a cabo entre el 4 y el 9 de enero, con servicios en Georgia y Washington D.C. Será enterrado junto a su esposa, Rosalynn Carter, fallecida en noviembre de 2023 a la edad de 96 años. La controversia en torno a las banderas a media asta ha añadido un capítulo inesperado a la narrativa de la transición presidencial.