El lugar: la plazuela La Tambora, un espacio público en el corazón de la sindicatura. Los detalles, sin embargo, son escasos y envueltos en un velo de misterio. Se sabe que las víctimas, dos hombres, fueron encontrados semidesnudos. Uno vestía únicamente ropa interior azul, mientras que el otro llevaba además una playera negra.
La escena, según testigos presenciales, "era impactante. Manchas de sangre salpicaban el suelo y junto a los cuerpos había mensajes, pero no pudimos distinguir su contenido". La peculiaridad de este caso no reside solo en el doble homicidio, sino en lo que sucedió después.
Porque antes de que las autoridades pudieran llegar –si es que lo hicieron–, personas desconocidas recogieron los cuerpos, dejando tras de sí solo la evidencia gráfica del crimen: la sangre y los mensajes enigmáticos. Esta rápida desaparición de los cadáveres plantea aún más interrogantes que respuestas.
La falta de información oficial acrecienta la preocupación entre los habitantes de la sindicatura. El silencio oficial, junto con la eficiencia con la que se retiraron los cuerpos, genera un ambiente de incertidumbre. ¿Quiénes fueron los responsables del doble homicidio? ¿Quiénes recogieron los cuerpos y por qué? ¿Qué dicen los mensajes? Estas son solo algunas de las preguntas que permanecen sin respuesta en este caso que ha conmocionado a Costa Rica.
Las autoridades, hasta el momento, no han emitido declaraciones oficiales al respecto. La investigación, si es que se está llevando a cabo, se mantiene en absoluto hermetismo. El velo de silencio que cubre este incidente solo aumenta la sensación de inseguridad y desasosiego en la comunidad.