En el centro de la controversia se encuentra una declaración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, realizada a través de su red social Truth Social. Trump afirmó, sin ofrecer mayores detalles en ese momento, que la renuncia de Justin Trudeau como primer ministro de Canadá estaba relacionada con una propuesta audaz: la integración de Canadá como el estado 51 de la Unión Americana.
Según Trump, “A muchas personas en Canadá LES ENCANTARÍA ser el estado 51. Estados Unidos ya no puede soportar los enormes déficits comerciales y los subsidios que Canadá necesita para mantenerse a flote. Justin Trudeau sabía esto y dimitió”. El anuncio, que inicialmente generó desconcierto, se ha visto matizado por las reacciones de diferentes sectores.
Trump pintó un panorama atractivo para los canadienses, destacando beneficios como:
- Eliminación de aranceles.
- Reducción considerable de impuestos.
- Mayor seguridad ante amenazas externas.
La situación se complica al considerar que esta idea, según filtraciones, surgió durante una cena entre Trump y Trudeau en Mar-a-Lago el 29 de noviembre. Esta reunión, aparentemente destinada a discutir las tensiones migratorias y la amenaza de aranceles del 25% a productos canadienses y mexicanos, pareciera haber tenido un desenlace completamente inesperado. La amenaza arancelaria, por parte de Trump, se planteaba si no se frenaba el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos, lo que llevó a Trudeau a buscar una solución en esa reunión privada.
El anuncio de la renuncia de Trudeau, hecha pública este lunes en una conferencia de prensa, tras más de nueve años en el poder, ha añadido un giro dramático a la situación, dejando en el aire la verdadera naturaleza de la relación entre ambos líderes y el futuro de las relaciones entre ambos países.