El fiscal de distrito de Los Ángeles, Nathan Hochman, se reunió el pasado viernes 3 de enero con más de 20 familiares de Lyle y Erik Menéndez. Estos hermanos, condenados en 1996 por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, cumplen dos condenas consecutivas de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Hochman, quien asumió el cargo el 3 de diciembre, está revisando exhaustivamente el caso, analizando miles de páginas de documentos, desde registros penitenciarios hasta transcripciones de los juicios.
La reunión, descrita por Hochman como "muy productiva", aunque informal y extraoficial, fue un paso clave en la estrategia de la familia Menéndez para conseguir la liberación de Lyle y Erik. Anamaria Baralt, prima de los hermanos, declaró brevemente a la prensa: "Tuvimos una reunión con el fiscal de distrito y estamos agradecidos por su tiempo". Sin embargo, la declaración no ofreció mayor detalle sobre el contenido del encuentro.
La familia Menéndez busca una liberación inmediata, argumentando que someterse a una junta de libertad condicional solo prolongaría su sufrimiento y reabriría heridas del pasado. Esta postura coincide con la recomendación del exfiscal de distrito George Gascón, quien en octubre pasado propuso retirar la condena de cadena perpetua sin libertad condicional y aplicar una nueva sentencia de 50 años a cadena perpetua. Si esto sucediera, considerando las edades de Lyle y Erik al momento del crimen (21 y 18 años respectivamente), podrían ser elegibles para libertad condicional de inmediato.
Sin embargo, la salida de Gascón y la llegada de Hochman han frenado el proceso. El actual fiscal ha recalcado que su equipo está evaluando todos los aspectos del caso antes de tomar una decisión. Mientras tanto, Lyle y Erik Menéndez tienen una audiencia programada para el 30 y 31 de enero para analizar el avance del proceso de resentencia. Además, han explorado otras vías legales, incluyendo una petición de habeas corpus y una solicitud de clemencia al gobernador Gavin Newsom, quien ha indicado que esperará la decisión de Hochman antes de actuar.
El caso, que involucra una petición para que la investigación pase a la Oficina del Fiscal General de California debido a un posible conflicto de interés, sigue generando un intenso debate. El fiscal Hochman ha asegurado que Kathleen Cady, exabogada de Milton Anderson (tío de los Menéndez y único familiar que abogó por mantenerlos presos), ha sido apartada del caso para evitar cualquier conflicto de intereses. La complejidad del caso y las múltiples vías legales exploradas prometen un desenlace todavía incierto.
El caso Menéndez, con sus tres décadas de controversia, se ha convertido en un símbolo del sistema judicial estadounidense, donde la búsqueda de justicia se cruza con la búsqueda de la verdad, dejando a la audiencia en vilo esperando la resolución de un rompecabezas legal con piezas complejas y un pasado que persiste.