El foco de atención se centra en Pacific Palisades, un suburbio que se ha convertido en el epicentro de la emergencia. Aquí, la batalla contra las llamas ha puesto a prueba los límites del sistema de suministro de agua de la ciudad. Cientos de bomberos, en medio del caos y las altas temperaturas, han visto cómo los hidrantes, su principal fuente de abastecimiento, se secaban uno tras otro.
"Tenemos tres grandes tanques de agua, de un millón de galones (3,78 millones de litros) cada uno," explicó Janisse Quiñones, jefa del Departamento de Agua y Electricidad de Los Ángeles a los medios. "El primer tanque se vació a las 4:45 pm de ayer; el segundo, a las 8:30 pm; y el tercero a las 3 am de esta mañana." La situación, según Quiñones, es un "desafío sin precedentes para las reservas de la ciudad."
El problema no solo radica en la falta de agua, sino también en la dificultad para reabastecer las zonas afectadas. La topografía del terreno, con sus elevaciones pronunciadas, dificulta el bombeo del agua hasta los hidrantes, retrasando aún más la lucha contra el fuego. Se ha tenido que recurrir a soluciones alternativas, incluyendo el uso de mangueras de jardín por vecinos desesperados. Los esfuerzos, sin embargo, se ven comprometidos por la magnitud del desastre.
La escasez se ha extendido más allá de la emergencia. La calidad del agua potable se ha visto afectada por la presencia de cenizas y otros contaminantes, obligando a las autoridades a emitir una advertencia de ebullición del agua para algunas zonas. "Estamos forzando tanto el sistema hidráulico que la calidad del agua está bajando," advirtió Quiñones. "Por ello vamos a emitir una advertencia para hervir el agua esta mañana, y se extenderá por 48 horas."
Mientras tanto, la cifra de daños sigue creciendo. Cuatro grandes incendios permanecen fuera de control, dejando un saldo preliminar de dos personas fallecidas y varios heridos. Decenas de miles de personas han sido evacuadas y miles de estructuras han sido consumidas por el fuego. La situación, lejos de estabilizarse, se mantiene crítica.
Además de la situación en Pacific Palisades, se reporta un severo impacto en el suministro de agua a nivel de ciudad. Se exhorta a los residentes de Los Ángeles a realizar un uso responsable y moderado del agua, reduciendo al máximo su consumo para garantizar un abastecimiento mínimo a la población y apoyar la lucha contra los incendios.